El paraíso oculto de Tahití

A menudo eclipsadas por la legendaria de Tahití, Bora Bora y Moorea forman el “Paraíso Oculto” de Las Islas de Tahiti: Huahine, Raiatea, Taha’a, Maupiti, los atolones de Tuamotu y las Islas Australes son considerados el “secreto mejor guardado” de Las Islas de Tahiti. Relativamente poco afectados por el mundo moderno, estas islas y atolones fascinan a aquellos viajeros en busca de la verdadera experiencia polinesia, realzada por establecimientos de lujo, cocina internacional y playas poco concurridas.

Huahine, apodada el “Jardín del Edén”, está situada 177 al noroeste de Tahití, accesible mediante un corto vuelo con Air Tahití, la compañía local. En realidad se trata de dos islas unidas por un puente. La magia de Huahine puede sentirse nada más llegar y los orgullosos habitantes se esfuerzan en hacer que los visitantes se sientan los bienvenidos (la localidad principal es Maeva, que significa “bienvenido” en tahitiano). Una carretera de 32 km recorre la isla pasando por pueblecitos y asciende por las colinas para ofrecer unas vistas espectaculares de las playas de arena blanca y de las lagunas de color turquesa brillante. Los marae (templos) restaurados y las trampas para peces hechas de piedra y con cientos de años de antigüedad reflejan la antigua cultura de la isla y enorgullecen a los descendientes que siguen viviendo en este paraíso. Huahine es una isla agrícola, con una abundante producción de melones y sandías. Cuenta con numerosas plantaciones de vainilla, café y taro, así como del árbol del pan, plátano, papaya y las flores. Los mejores surfistas del mundo acuden a buscar las olas del paso de Avamoa y la regata de piraguas más larga del mundo, la Hawaiki Nui Va’a, comienza en la isla cada mes de octubre. Huahine está poco poblada y los visitantes caen enamorados de los paisajes preservados y exóticos y del ritmo de vida pausado de la isla.

Raiatea y Taha’a, situadas unos 190 km al noroeste de Tahití, son dos islas rodeadas por la misma barrera de coral.

Raiatea, llamada “la Isla Sagrada”, es tal vez la isla más venerada del Pacífico Sur. Históricamente, los reyes de las islas vecinas se reunían en el marae Taputapuatea para las ceremonias y negociaciones más importantes. La representación de estas ceremonias en los marae restaurados permiten a los visitantes conocer la cultura tahitiana. Raiatea cuenta con el único río navegable de las islas, el Fa’aroa, y entre las excursiones más populares figuran navegar sobre sus aguas frías y de tonos verdosos en una piragua tradicional.

Los aficionados a la vela acuden a Raiatea, la base náutica de Tahití y sede de compañías de alquiler de barcos como Moorings y Stardust Marine. Tantos los navegantes experimentados como los principiantes (también se pueden alquilar barcos con skipper) pueden disfrutar de una navegación de categoría mundial en las Islas de Sotavento. Las brisas del Pacífico y las apacibles lagunas proporcionan las condiciones ideales durante todo el año para navegar a vela y practicar la pesca de alta mar. En las laderas del monte Temehani, los visitantes pueden descubrir la tiaré apetahi, una flor que sólo se encuentra en esta montaña de Raiatea. Los botanistas han intentado hacerla crecer en otros lugares pero sin éxito. Está relacionada con una maravillosa leyenda tahitiana y es apreciada por todos los habitantes. Según la leyenda, los delicados pétalos de tiaré apetahi representan los cinco dedos de una hermosa muchacha que se enamoró del hijo de un rey y murió de mal de amores porque no podía casarse con él. Los pétalos se cierran por la noche y a la salida del sol se abren con un suave crujido, el sonido de su corazón al romperse.

Taha’a, tan sólo 3 km al norte de Raiatea, permite conocer la tranquila vida tradicional y de los tahitianos. Los 4.000 residentes pescan en la laguna y crían ganado. Taha’a es llamada la “Isla Vainilla” por sus numerosas plantaciones de esta planta aromática, que endulza el aire con su suave olor. Cada mes de noviembre, Taha’a entra en ebullición con el torneo de pesca con piedras. Los lugareños, utilizando el mismo método que sus antepasados, se adentran en la laguna golpeando el agua con piedras atadas a unas cuerdas. El ruido asusta a los peces, haciéndoles dirigirse a la orilla, donde son fácilmente atrapados con redes antes de ser saboreados en un festín.

Las Islas Tuamotu: el collar de perlas de Tahití

Las Islas Tuamotu, el mayor archipiélago de Polinesia, están situadas al noreste de Tahití. Se trata de 76 islas y atolones diseminados a lo largo de más de 12.000 kilómetros cuadrados. Cuatro de estas islas – Rangiroa, Manihi, Tikehau y Fakarava – ofrecen multitud de opciones de alojamiento y excitantes actividades, incluyendo inmersiones de categoría mundial, paseos a caballo, excursiones para alimentar tiburones y pesca en alta mar.

Rangiroa, a una hora en avión de Tahití, es el segundo mayor atolón del mundo. Desde el aire parece un gran collar de perlas situado suavemente sobre el agua. Conocida como la “Laguna Infinita”, el anillo de coral de Rangiroa crea un despliegue infinito de tonos turquesa y azul ultramar. La visibilidad en la laguna es superior a 240 metros y la temperatura es de 26,5 grados constantes. En el célebre canal de Tiputa, que proporciona una apertura al océano, abunda la vida marina. Es conocido como uno de los mejores lugares para contemplar tiburones, y quienes se aventuran a bucear allí se ven literalmente rodeados de cientos de tiburones grises, de puntas negras, de puntas blancas, limón y nodriza. Quienes no bucen pueden realizar snorkeling y ver grupos de delfines que se reúnen en el canal. Para los amantes de la aventura, un recorrido de dos horas por la laguna lleva hasta el Kia Ora Sauvage, un establecimiento que ofrece verdadera evasión con unas condiciones lujosas. Allí no hay electricidad, pero el entorno es espectacular y la soledad absoluta. Las noches a la luz de las velas añaden exotismo y romanticismo.

Manihi es un pequeño atolón con menos de 1.000 habitantes. Denominado la “Isla Perla”, este atolón vio nacer la primera granja perlífera que contribuyó a desarrollar el cultivo de las perlas en las Islas Tuamotu. Las ostras de labios negros, que sólo se encuentran en Tahití, son cultivadas por sus cotizadas perlas negras. Los visitantes pueden disfrutar de las actividades en la laguna mientras exploran las numerosas granjas de perlas negras que dan fama a la isla.

Situada a unos 16 km de Rangiroa se encuentra la remota isla de Tikehau. Conocida como la “Isla de Arena Rosa”, este atolón de forma ovalada es un importante productor de pescado fresco y copra. Tikehau alberga exóticas playas de arena rosa y una abundancia de vida marina que la convierten en el lugar perfecto para bucear. En el canal de Tuheiava, los aficionados al submarinismo puede observar de cerca mantarrayas, barracudas, atunes, tortugas marinas y tiburones grises y de puntas blancas. Esta isla de gran diversidad también alberga diversas colonias de aves que han encontrado refugio en un motu conocido como la “Isla de los Pájaros”. Este islote protegido es célebre por sus piqueros patirrojos y charranes pardos.

Fakarava, la “Isla de Ensueño”, es el segundo mayor atolón de Tahití tras Rangiroa. Este atolón protegido, junto con las seis islas vecinas, es una Reserva de la Biosfera de la UNESCO. Su frágil ecosistema alberga especies animales y vegetales de gran rareza, incluyendo el martín pescador, la palmera de Tuamotu y especies marinas como la drimia marítima o las cicadas. Fakarava también cuenta con una de las primeras iglesias católicas construidas en Tahití. Situada en el antiguo pueblo de Tetamanu, está construida principalmente con coral y data de 1862.

Las Islas Marquesas: las islas misteriosas

Las Marquesas están situadas 1.500 km al noreste de Tahití. A unas 3h30 de vuelo de la capital Papeete, las 12 islas (seis de ellas habitadas y seis desiertas) ofrecen algunos de los paisajes más espectaculares de Tahití y unas experiencias auténticas. Estas islas no tienen lagunas y cuentan con densos bosques tropicales con cataratas de 330 metros de altura y acantilados abruptos. Sólo hay cinco vuelos semanales de Papeete a las Marquesas. Algunos visitantes prefieren viajar hasta ellas en el Aranui 3, un carguero mixto que puede transportar a 200 pasajeros. Es en las Marquesas donde atracó Herman Melville y donde Paul Gauguin vino a pintar y retirarse. Las islas más pobladas, Nuku Hiva e Hiva Oa, ofrecen alojamiento en pequeños hoteles y pensiones familiares.